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Este mes hemos visto el avance de acuerdos de paz en zonas de conflicto, empezando por Filipinas y Colombia. El gobierno de Filipinas y la fuerza rebelde principal en la isla de Mindanao, el Frente Moro de Liberación Nacional, después de más de 40 años de violencia y 17 años de difíciles negociaciones, firmaron un acuerdo de paz global. En las palabras del jefe de los negociadores, "La firma del acuerdo global, es importante no sólo para el Bangsamoro, sino también el pueblo de Mindanao y todos los ciudadanos filipinos ganaran con la tarea incompleta de reconstruir la nación. Esta es nuestra contribución a la búsqueda de la paz en nuestra vecindad más cercana, la región del sudeste asiático, y también para el resto del mundo." Los lectores de CPNN han seguido el progreso de este acuerdo en las Filipinas en los últimos años. Ese acuerdo marco fue firmado en octubre de 2012 y fue sellado en las últimas secciones en enero pasado. Durante estos años de negociaciones, más y más áreas se han convertido en "zonas de paz." Dos de estas iniciativas se describen de este mes en CPNN: El zona de protección de Lanao del Norte iniciado por Nonviolent Peaceforce y la Organización Musulmana de Empleados y Profesionales de Gobierno; y las Escuelas de Paz en Manila de Bugabos iniciados por Action for Conflict Transformation. En Colombia, luego de casi 40 años de guerra civil, el gobierno y los rebeldes de las FARC firmaron recientemente la tercera sección de las cinco partes del acuerdo de paz referente al problema de las drogas. Hace casi un año ellos llegaron al primero acuerdo que era relativo a la tierra. El representante de la ONU en Colombia, declaró, al anunciar un programa de información para los medios buscando apoyar los esfuerzos de paz que: "no es suficiente dejar las armas si no hay un desarme de las mentes", para afirmar que la paz requiere el apoyo de las grandes mayorías y un cambio de mentalidad. |
El gobierno de Colombia está haciendo su parte. Presidente Santos inauguró recientemente el Instituto Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos y anunció que reactivará la Comisión Nacional de Paz, creada en los años 90 para promover una cultura de paz y para apoyar el proceso de paz. La sociedad civil de Colombia también ha hecho su parte. El año pasado, CPNN publicó un artículo sobre un Congreso Nacional de Paz con la participación de una amplia gama de organizaciones sociales y políticas. Además, un análisis realizado por el Asesor de la Rectoría del Universidad Pedagógica Nacional menciona contribuciones al proceso de paz por muchas organizaciones de la sociedad civil, entre ellos El CINEP, Arcoiris, IEPRI, ESAP, Viva la Ciudadanía, Redepaz, MOE, Plural, y otros grupos que trabajan en varias regiones de Colombia. Más recientemente, la muerte del gran escritor colombiano, Gabriel García Márquez, está siendo visto por todos los lados del conflicto en ese país como un estímulo para completar la proceso de paz. Por supuesto, la firma de acuerdos de paz no significa el fin del proceso. Como el reciente artículo de Nepal señala, ya han pasado ocho años desde que se firmó el acuerdo de paz entre el gobierno de Nepal y los rebeldes maoístas, pero la reintegración de los refugiados todavía no se completó. Esperamos que los ejemplos de Filipinas y Colombia inspiren similares acuerdos de paz en otras zonas de conflicto. Ya existen iniciativas de la sociedad civil en marcha que apoyar un proceso de paz para Siria y Venezuela. |
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